Digital trade in global markets

Abstract

Digital trade regulation significantly varies at the national level in particular countries and the regional and international levels. The authors show that the rapid development of the Internet and new business models entails the need to change traditional policies and regulatory measures regarding such issues as access to the market for goods and services, data traffic control, censorship, intellectual property rights protection, privacy standards, information security, and many others. Digital trade regulation worldwide is still initially. At the international level, there is no common terminology in the field of digital trade, no unified methodology for calculating statistical amounts of digital commerce, no assessment of the digitalization level of various sectors, no unified methods for identifying barriers to digital trade and approaches to assessing their impact on business. One of the benefits of digital trade is increased transparency, traceability, and control of transactions made electronically. Global digital platforms provide significant opportunities for companies worldwide (especially startups and small businesses) to expand into new markets. The spread of 3D printing and additive manufacturing technologies promotes the growth of cross-border flows of electronically traded physical goods. One of the most excellent opportunities the digital era offers is the ability to collect and process a huge amount of information (big data). Big data analytics significantly improves the efficiency of management decisions, which is extremely important for business and public administration. So far, large corporate companies in technologically developed countries have proved to be more adept at using this opportunity. As a result, their governments have stepped up their efforts to overcome the imbalance in managing the complex macroeconomic system. At the same time, as the practice of many countries shows, the same technologies can be used against national security. The threat of developing cognitive weapons to manipulate human behavior, destabilizing the political situation, and changing the government becomes quite serious.

La regulación del comercio digital varía significativamente a nivel nacional en países particulares y a nivel regional e internacional. Los autores muestran que el rápido desarrollo de Internet y los nuevos modelos de negocios implica la necesidad de cambiar las políticas tradicionales y las medidas regulatorias en temas como el acceso al mercado de bienes y servicios, el control del tráfico de datos, la censura, la protección de los derechos de propiedad intelectual, los estándares de privacidad, seguridad de la información, y muchos otros. La regulación del comercio digital en todo el mundo sigue siendo inicialmente. A nivel internacional, no existe una terminología común en el campo del comercio digital, ninguna metodología unificada para calcular cantidades estadísticas de comercio digital, ninguna evaluación del nivel de digitalización de varios sectores, ningún método unificado para identificar barreras al comercio digital y enfoques para evaluando su impacto en el negocio. Uno de los beneficios del comercio digital es una mayor transparencia, trazabilidad y control de las transacciones realizadas electrónicamente. Las plataformas digitales globales brindan oportunidades significativas para que las empresas de todo el mundo (especialmente las nuevas empresas y las pequeñas empresas) se expandan a nuevos mercados. La difusión de las tecnologías de impresión 3D y fabricación aditiva promueve el crecimiento de los flujos transfronterizos de bienes físicos comercializados electrónicamente. Una de las oportunidades más excelentes que ofrece la era digital es la capacidad de recopilar y procesar una gran cantidad de información (big data). El análisis de big data mejora significativamente la eficiencia de las decisiones de gestión, lo cual es extremadamente importante para las empresas y la administración pública. Hasta ahora, las grandes empresas corporativas de los países tecnológicamente desarrollados han demostrado ser más hábiles para aprovechar esta oportunidad. Como resultado, sus gobiernos han intensificado sus esfuerzos para superar el desequilibrio en la gestión del complejo sistema macroeconómico. Al mismo tiempo, como muestra la práctica de muchos países, las mismas tecnologías pueden usarse contra la seguridad nacional. La amenaza de desarrollar armas cognitivas para manipular el comportamiento humano, desestabilizar la situación política y cambiar el gobierno se vuelve bastante seria.